Com a devida vénia, trancrevemos a crónica de Sevilha do prestigiado "mundotoro" de autoria de I. Martin Moya...
La décima estaba ahí y Diego Ventura lo sabía. En ambas actuaciones hubo momentos de máxima expresión y sorpresa pero también de precipitación y ansias. ‘Sueño’, curiosamente, fue la llave de la Puerta del décimo sueño de Ventura de salir triunfante de una Maestranza que registró tres cuartos de entrada. Andrés Romero cortó otras dos orejas del sexto y Rui Fernandes paseó una del cuarto, un buen toro de Fermín Bohórquez.
El quinto de la tarde, alto, fino de cabos, al que Diego Ventura desorejó fue franco pero justito de raza. Escogió a ‘Sueño’ para llevar a cabo un comienzo con clase, que ganó en emoción y diferenciación cuando colocó dos banderillas citando a media distancia, dejando al toro venir mientras daba pasos hacia atrás, sin darle la espalda al toro y clavando al quiebro. Ése fue el momento clave de la faena que fue a más en dominio, en cuanto a la utilización de los terrenos, tanto los medios como el tercio; y a menos en cuanto a precisión. A punto estuvo de sufrir un percance a lomos de ‘Maño’, en un quiebro demasiado ajustado, cuando ya el toro se había rajado. En las cortas, montando a ‘Remate’, hubo que destacar la última, con el toro muy cerrado en tablas y apretando hacia dentro. Clavó el rejón de muerte en lo alto y cortó las dos orejas que le abrieron la décima Puerta del Príncipe.
La intensidad es algo que viene adherido a cada sueño de Ventura. Lo que falte lo pone él. Y así fue con el segundo de la tarde, más largo, parado ya de salida y reservón. 'Nazarí' se impuso y él buscó la torería para convencer en una faena en la que hubo muchos alcances por la condición del toro. El rejonazo fue fulminante y le aseguró la primera oreja, que a la postre se convertiría en la primera hazaña del décimo deseo.