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quinta-feira, 2 de janeiro de 2014

Citamos com a devida vénia, do "burladero.com"...

Podemos perfeitamente extrapolar este artigo, para a nossa realidade...


Por Carlos Bueno 31 de diciembre del 2013 - 10:27




Un pasito más, señores políticos

El PSOE reconoció el toreo como una expresión cultural y traspasó del Ministerio del Interior al de Cultura los asuntos taurinos. El PP lo declaró Patrimonio Cultural Histórico, y acaba de poner en marcha un Plan Estratégico Nacional de Protección y Fomento de la Tauromaquia, bautizado como PENTAURO. En los últimos años la Fiesta de los toros ha recibido más reconocimientos políticos que en toda su historia. Sin embargo internamente el sector taurómaco suelta un tufillo más notorio de lo que nunca antes se había podido olfatear.

Las guerrillas entre organizadores y toreros se suceden. Los de plata andan a la gresca con los empresarios a cuenta de la negociación del Convenio Colectivo, y los de oro, al menos varios de los que ocupan los puestos más privilegiados del escalafón, se enzarzan en batallas dialécticas con algún que otro gerente emblemático. Escaramuzas que no dan buena imagen en tiempos de respaldo político pero también de dificultad económica general. Y al fin y al cabo ese es el problema que hace saltar chispas entre unos y otros, el asunto monetario.

La rentabilidad de la mayor parte de las plazas de toros ha caído en picado. Los empresarios pretenden ajustar a la baja los honorarios de sus contratados porque los números no salen. Pero los coletudos de renombre no quieren jugarse la vida por menos. Difícil arreglo. Es imprescindible rebajar el precio de las entradas para que el gran público no se retraiga, pero nadie encuentra la solución.

Los toreros menos reconocidos pagan los platos rotos: facturan una miseria aún actuando en plazas de primera y con los tendidos prácticamente llenos, es el precio de su ilusión. Pero ellos no tienen derecho a protestar. Si lo hacen no vuelven. Y tampoco nadie de los de arriba intercede por ellos. Además se enciende la alarma en la cantera: este año que ahora termina se han celebrado en España 214 novilladas, 307 menos que al inicio de la crisis, en 2008.

Ahora o nunca. Es tiempo de cinturones apretados para todos, para ganaderos, empresarios y toreros. Pero también para propietarios de cosos taurinos, la mayoría en manos de Diputaciones y organismos oficiales que deberían aparcar su afán recaudatorio y preocuparse más por sembrar para el futuro. Es tiempo de que las redacciones de los nuevos Pliegos de Condiciones sean sensibles con la realidad económica y social actual. Es tiempo de que ese Plan Taurino Nacional funcione de verdad, sobre todo en los programas del eje de Competitividad que se refieren a simplificación y reducción de cargas administrativas, y a la mejora de aspectos fiscales y Seguridad Social.

La subida del IVA que hace poco más de un año impuso el Gobierno fue como una puntilla hiriente que cayó sobre el negocio taurino. La vuelta al modelo reducido de IVA sería un alivio para el sector, algo que se me antoja más que complicado. Por eso es necesario que nuestros políticos se conciencien de que es imprescindible que cumplan con su Plan, que esas intenciones plasmadas en PENTAURO no pueden ser demagógicas ni publicitarias. Si de verdad les preocupa el asunto de los toros es primordial reducir las cargas administrativas, fiscales y de Seguridad Social; como también sería oportuno que cada integrante del organigrama taurino dejara de lado intereses personales y mostrara mayor unidad y preocupación por el mañana.

Carlos Bueno