Antolín Castro, el director OyT, escribió en su columna de la primera corrida de la feria madrileña.
“¡Viva El Pana! Es curioso, pero la afición de Madrid le tenía guardada esta ovación para cuando llegara el día de hacer en Las Ventas su primer paseíllo. Tras varios años queriéndolo, pidiendo ese honor de confirmar en Madrid, la empresa se lo negó de forma sistemática. La ovación de hoy no creo que te compense o te consuele, pero yo tengo la obligación de contártelo amigo Rodolfo. El recuerdo de ¡Viva El Pana! es nuestro mejor recuerdo. Conmueve que una afición ante la que nunca actuó haya estado a la altura de las circunstancias”.
La columnista española Ana Pedrero, también le dedicó unas líneas al singular personaje en su comentario de la primera corrida de Madrid.
“Siempre contigo maestro Pana. Hoy, en este cruce de caminos y de emociones, amanecía triste este cinco de mayo; comenzaba San Isidro, regresaba Fortes resucitado y vivo, pero mi corazón estaba más allá, tan lejos. Y llovía, llovía mucho, muy pausado, puta vida, tetraplegia, cadena perpetua de lo inmóvil, leyenda sin final de leyenda, sin cantores en el tendido, sin romances cuando marque el reloj las cinco en punto de todas las tardes, Federico en carne viva”.
Catón, Armando Fuentes Aguirre, hombre intelectual, escritor y columnista que nos hace suponer con sus textos que esto de la escritura es muy sencillo, le dedicó unas líneas a Rodolfo.
“Yo quiero mucho a ese señor. No sólo es torero: lo parece. Tiene ese alegre duende sevillano que decía Lorca, y posee también la tristeza que guardan en el fondo los que ejercen el sacerdocio de torear. Es dueño de la misteriosa locura que lleva a algunos a vivir su vida como un mero preludio de la muerte”.
Saraí Rangel Sandoval, una aficionada de Córdoba, Veracruz, le escribió a Rodolfo en una página de Facebook:
“Vemos toreros y unos torean muy similar a otros, otros imitan a sus ídolos, otros aburren, otros no transmiten y ¿este señor a quien se parece? ¡A nadie!”.
